martes, 23 de agosto de 2011

Co-razones...

No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que sus caderas...
Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa, y esas maneras... y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.
Pero además, le he visto serio, ser él mismo, y en serio que eso no se puede escribir en un poema.

Por eso... eso que me cuentas de que míralo cómo bebe las cervezas, y cómo se revuelve sobre las baldosas, y qué fácil parece a veces enamorarse...
Todo eso de que él puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir viva y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que él aparezca de golpe y de frente para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas.
No sabes lo que es despertarte y que él se retuerza y bostece, luego te abrace, y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.
Asique supondrás que yo soy la primera que entiende que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras... por un mínimo roce de mejilla.

Que las suspicacias, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte son algo con lo que ya cuento...
Que yo también lo veo, que cuando él cruza por debajo del cielo solo la tonta mira al cielo.
Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio inferior.
Que conozco su voz en formato susurro, en formato gemido y en formato secreto.
Que me sé sus cicatrices y el sitio donde tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría... y me sé lo de sus rodillas, y la forma de rozar las cuerdas de la guitarra.
Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías.
Que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores...
Y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).
Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente él rendido a ese puto milagro que supone que exista.
Que le he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos...
Y le he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que le puso el camino, y le he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.

Que te entiendo, que razones tenemos todas; pero yo... muchas más que vosotras.

lunes, 15 de agosto de 2011

Algo para recordar

- ¿Qué vas a hacer ahora?
- Pues voy a levantarme cada mañana y respirar durante todo el día, y dentro de un tiempo no tendré que recordarme que me tengo que levantar cada mañana y respirar. Y dentro de un tiempo ya no tendré que pensar que hubo una época maravillosa y perfecta.
Sí, sí... seguir adelante. Eso es lo que haré. Y dentro de unos meses... ¡BUM! Me crecerá otro corazón...
Verás, no suele ocurrir dos veces...

Y si el miedo...

Sientes miedo, miedo a confiar.. si no entregas, nunca llegaras... tanto miedo se apoderará de tu cuerpo y te encerrarás....
¿Y si el miedo me coge y me mata?, ¿y si el miedo me arrastra hasta el sitio en que no quiero estar?, ¿y si el miedo me engancha?... Solo te pido que nunca me dejes de hablar...
¿Y si el miedo me gana este pulso?, ¿y si el miedo me invita a mi solo a jugar?, ¿y si el miedo me pide mi cuerpo?... Doy la espalda y le digo "no quiero jugar"...
Sientes miedo, miedo a ser real.. a enfrentarte a la realidad.. Mucho miedo es un mal final de tu vida, de tu libertad...

viernes, 12 de agosto de 2011

Tu mirada sigue aquí

Qué fácil me llegas y qué triste el adiós... Y ver que tu mirada ya se aleja, el extraño soy yo... Ni siquiera puedo consolarte, aunque nose lo que daría yo por tenerte al menos otro instante.
El extraño soy yo, aquí, diciendo adiós.
Te has marchado, ya te has ido.. y ahora sé lo que he perdido. Es el final que no quisimos pero que llegó, que llegó al decir adiós.
Mil lunas llenas por delante, escusas para no aguardarte, nos queda al menos lo vivido y el decir adiós, solo el decir adiós..
Y me habré cansado de esperarte, de perder a solas la razón... Y el cielo aquel que tanto me gustaba regalarte... el extraño soy yo... Mi vida, mi vida dime, ¿qué pasó para que todo fuera tan distante?, ¿y qué pasó para creernos que ya todo terminó?, ¿por qué no nos dijimos nada antes?
El extraño soy yo... aquí, diciendo adiós.
Lo que la lluvia nos enseña, lo que nadie puede escribir, lo que se escucha cuando tiemblas, lo que te acercará hasta a mi igual que entonces será siempre, lo que dejaste sigue ahí... todos los sitios, los diciembres, están donde los escondí, las cosas pierden su sentido si no me llevan hasta a ti, y no te miento cuando digo que tu mirada sigue aquí... Que algunas noches me recuerdes, que no me dejes de sentir, yo andaré cerca por si vuelves esas palabras a decir...

jueves, 4 de agosto de 2011

Arriésgate

Aunque reír es arriesgarse a parecer un tonto...
Aunque llorar es arriesgarse a parecer sentimental...
Aunque acercarse a alguien es arriesgarse a involucrarse...
Aunque mostrar tus sentimientos es arriesgar tu yo interior...
Aunque exponer tus ideas o tus sueños a una multitud es arriesgarse a perderlos...
Aunque amar es arriesgarse a no ser amado de la misma manera...
Aunque vivir es arriesgarse a morir...
Aunque desear es arriesgarse a ser defraudado...
Aunque intentar es arriesgarse a fallar...

A pesar de todo, debes arriesgarte.

Debes correr los riesgos simplemente porque el más grande de los peligros de la vida es no arriesgarse.
Las personas que no arriesgan nada nunca tienen nada. Tal vez podrán evitar el sufrimiento y la tristeza, pero no logran aprender, sentir, cambiar, crecer o vivir.
Prisioneros de sus temores, son esclavos que han renunciado a su libertad, pues sólo cuando una persona se arriesga, es libre.
Los pesimistas se quejan del viento; los optimistas esperan confiadamente que los vientos cambien de dirección; y los realistas, ajustan sus velas en la dirección correcta.

Arriésgate… Es cierto que puedes perder. ¿Pero has pensado en lo que puedes ganar?